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VISUALIZACIÓN Y CREENCIA EN LA CONSECUCIÓN DEL DESEO


VISUALIZACIÓN Y CREENCIA EN LA CONSECUCIÓN DEL DESEO
El segundo paso hacia la riqueza
La fe es el elemento químico primordial de la mente. Cuando la fe se mezcla con el pensamiento, el
subconsciente capta la vibración, la traduce en su equivalente espiritual, y la transmite a la Inteligencia Universal,
como en el caso de la plegaria.
Las emociones de la fe, el amor y el sexo son las más poderosas entre las principales emociones positivas.
Cuando se mezclan las tres, tienen el efecto de «colorear» el pensamiento de tal manera que éste alcanza al
momento el subconsciente, y allí se transforma en su equivalente espiritual, la forma singular que induce una
respuesta de la Inteligencia Infinita.
CÓMO ACRECENTAR LA FE
Tenemos un planteamiento que le ayudará a comprender mejor la importancia que el principio de autosugestión
asume en la transmutación del deseo en su equivalente físico o monetario: la fe es un estado mental que se puede
inducir, o crear, con la afirmación o con las repetidas instrucciones al subconsciente, a través del principio de
autosugestión.
Como ejemplo, considere el propósito por el que presumiblemente usted está leyendo este libro. El objetivo es,
por supuesto, adquirir la capacidad de transmutar el pensamiento intangible del impulso del deseo en su
contrapartida física, el dinero. Al llevar a cabo las instrucciones descritas en los capítulos sobre la autosugestión y
el subconsciente, resumidas en el capítulo de la autosugestión, usted puede convencer al subconsciente de que
cree
que recibirá lo que está pidiendo, y ello actuará en esa creencia, que su subconsciente le devolverá en forma
de «fe», acompañada de planes precisos para procurar eso que usted desea.
La fe es un estado mental que usted puede incrementar a voluntad, una vez que haya dominado los trece
principios, porque se trata de un estado mental que crece voluntariamente, a través de la aplicación de esos
principios.
La repetición de la afirmación de órdenes a su subconciente es el único método conocido del crecimiento
voluntario de la emoción de la fe.
Quizás el concepto le quede más claro con la siguiente explicación de la forma en que los hombres, a veces, se
convierten en criminales. Para decirlo con las palabras de un famoso criminólogo, «Cuando los hombres entran por
primera vez en contacto con el crimen, éste les repugna. Si siguen en contacto con él durante algún tiempo, se
acostumbran, y lo toleran. Y si permanecen en contacto con el crimen durante el tiempo suficiente, acaban por
aceptarlo y se dejan influir por él».
Es el equivalente de decir que cualquier impulso de pensamiento que sea repetidamente encauzado hacia el
subconsciente resulta aceptado e influye en el subconsciente, que procede a traducir ese impulso en su
equivalente físico por el procedimiento más práctico que halle disponible.
En relación con esto, vuelva a considerar la proposición de que
todos los pensamientos que han sido
«emocionalizados»
(cargados emocionalmente) y
mezclados con la fe
empiezan inmediatamente a traducirse en
su equivalente física o en su contrapartida.
Las emociones, o la porción «sentimental.» de los pensamientos, son los factores que dan vitalidad y acción a
éstos. Mezcladas con cualquier impulso de pensamiento, las emociones de la fe, el amor y el sexo le añaden más
energía de la que tendría por sí sola.
No sólo los impulsos de pensamiento que se hayan mezclado con la fe, sino los que se mezclan con cualquiera
de las emociones positivas, o de las negativas, pueden alcanzar el subconsciente, e influir en él.
NADIE ESTÁ «CONDENADO» A LA MALA SUERTE
A partir de esta afirmación, usted comprenderá que el subconsciente traducirá, en su equivalente físico un
impulso de pensamiento de naturaleza negativa o destructiva con tanta facilidad como actuaría con pensamientos
de naturaleza positiva o constructiva. Esto explica el extraño fenómeno que millones de personas experimentan,
denominado «infortunio» o «mala suerte».
Hay millones de personas que se creen «condenadas» a la pobreza y al fracaso, por culpa de alguna fuerza
extraña que creen no poder controlar. Ellos son los creadores de su propio «infortunio», a causa de esta creencia
negativa, que su subconsciente adopta y traduce en su equivalente físico.
Este es un momento apropiado para sugerirle de nuevo que usted puede beneficiarse, transmitiendo a su
subconsciente cualquier deseo que quiera traducir en su equivalente físico o monetario, en un estado de
esperanza o convicción de que la transmutación tendrá lugar. Su convicción, o su fe, es el elemento que determina.

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